Sin empatía y reflexión crítica, no vamos a poder ver más allá de nuestros sesgos y seguiremos pensando que nosotros tenemos razón mientras el resto está equivocado.
Para poder dialogar con alguien que creemos que piensa y siente distinto a nosotros, tenemos que esforzarnos, dejar de lado el prejuicio y tolerar cierta incomodidad emocional. ¿Vale la pena ese esfuerzo por tratar de mirar las cosas también a través de otros cristales? Claro que sí.