Esta noche recibimos una denuncia de una vecina que nos contó un mal momento que vivió con un trabajador informal.
En horas de la tarde de hoy, la señora, que es dueña de un comercio, atendió a un afilador que aparentemente se estaba ganando la vida honestamente con su oficio en la calle. Antes de encargarle que le afilara su cuchilla le preguntó cual era el precio del servicio. El afilador le respondió $50 (cincuenta pesos), por lo que la mujer le dió ademas de la cuchilla, la hoja de su máquina de cortar fiambres.
"Me conmovió que cobrara tan barato en estos tiempos, por lo que le di tambien la otra cuchilla, para redondear $100 y ayudarlo" dijo la vecina.
Cuando terminó su trabajo la mujer le dió los $100 y el hombre la miró sorprendido y le dijo son $500. En ese momento comenzó una discusión y el hombre le decía "yo te dije bien clarito, $250 cada una", cuando realmente dijo $50.
Días atrás habíamos escuchado casos similares, pero no teníamos de primera mano un testimonio que nos permitiera contar la historia. Con este caso de hoy, podemos asegurar que se trata de un estafador que dice un precio y luego de hacer el trabajo cobra algo totalmente diferente.
No debemos generar alarma entre la población porque hay muchas personas que se ganan el pan honestamente con este tipo de oficios, pero si, debemos estar sumamente atentos a la hora de acordar el precio del trabajo antes de que se realice.