Daniel Arroyo es el ministro de Desarrollo Social de la Nación. También es politólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires y docente. Según su análisis de la coyuntura actual, atravesada por la pandemia y el déficit económico que generaron las medidas preventivas de aislamiento, la situación social es 'crítica y catastrófica'. 'Mucha gente se quedó sin ingresos, está angustiada y cansada, pero hay estabilidad y mucho miedo a la circulación del virus. Yo diría que es crítica y estable la situación social', interpretó el funcionario. Incluso, cuando en la entrevista radial le consultaron su posición en relación a la polémica declaración de Mario Ishii, intendente de José C. Paz, elevó la calificación: 'Me tengo que concentrar en los problemas sociales, que son muchos. Por eso, me concentro en esa línea de trabajo. Trato de no opinar o de no meterme en otros temas porque la situación social es catastrófica, muy crítica'.
'Claramente hay mucha gente que la está pasando mal -aseguró-. Antes de la pandemia teníamos ocho millones de personas que recibían asistencia alimentaria. Ahora tenemos once millones. Se agregaron personas que se quedaron sin changas, gente que nunca había estado en un comedor: el mozo, el taxista, el que hace durlock e incluso el que tiene trabajo formal, recibo de sueldo y así todo no le alcanza'. Arroyo dijo que en este contexto apremiante, el Estado, en colaboración con las Iglesias, las escuelas y las organizaciones sociales llegan a cubrir a estos once millones de argentinos con hambre.
Explicó que su cartera emplea cinco mecanismos para brindar asistencia alimentaria a esa cifra de ciudadanos. 'Compramos de manera directa a través de la plataforma Comprar, que tiene entre 600 y 800 empresas grandes y pequeñas, cuando le transferimos fondos a provincias y municipios para que ellos compren, la tarjeta alimentaria que llega a un millón y medio de familias el tercer viernes de cada mes, cuando le transferimos a los comedores, tenemos un registro de más de tres mil comedores que compran en general cerca del lugar moviendo la economía local, y por último, los comedores escolares, que duplicamos los fondos. Si bien no hay clases, se siguen entregando los bolsones de alimentos.