El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Desde entonces, se conmemora el Día internacional contra la Discriminación por orientación Sexual e Identidad de Género. Pasarían dos décadas, en 2010, hasta que en nuestro país se comenzara a reconocer la igualdad de Derechos.

"Si el hecho de ser homosexual afecta a quienes lo son es a causa de la falta de derechos, de la discriminación y la marginación a la que somos expuestos injustamente", dijo alguna vez Carlos Jáuregui, activista por los Derechos de la comunidad LGBTIQ+ Claudia Pía Baudracco, referenta trans, expresaba de manera similar: "Si hubiera podido elegir, hubiera elegido no ser discriminada (...) volvería a nacer trans..."

Estas palabras son más que claras, no precisan explicación sino escucha. Cada vez que el Estado avanza en ampliación de Derechos, Leyes, políticas públicas, reconocimiento de la población LGBTIQ+ como sujeto colectivo político, esas voces resuenan en primer plano. Es también dar una batalla cultural, borrando toda forma de violencia y discriminación. Ya dijo Cristina: "La igualdad es basamento del crecimiento de una cultura, de toda una sociedad. Gracias, y en todo caso perdón por haber esperado tanto." Queda mucho por reparar, sigamos construyendo un país más justo e igualitario.