Después de su llegada a China a finales de 2019, el Grupo Don Mario, cuya sede central está en Chacabuco, invertirá 1,5 millones de dólares por año para instalar una estación experimental en Hungría. Desde ese país apuesta a llegar a otras naciones cercanas en las que se cultiva soja, como Rusia y Ucrania, y también desde allí fortalecer el negocio en China. En ambos países se producirán sojas no modificadas genéticamente.
Don Mario, que factura unos 250 millones de dólares anuales, ya tenía algún movimiento en el este europeo. Ahora la idea es tener una estación, que estará cercana a Budapest, en la que además de realizarse ensayos de variedades de soja, puedan hacerse evaluaciones de enfermedades. El responsable de la operación será Santiago Rabasa, integrante de la firma.
Oportunidad de crecimiento
'La razón por la que nos establecemos en Europa, en primera instancia, es poder atender la oportunidad que vemos en el crecimiento de la soja a grupos muy cortos de madurez, que tiene un potencial de crecimiento interesante. Al mismo tiempo, esta estación en Europa nos va a servir para potenciar el trabajo que estamos haciendo en China porque los grupos de madurez o la genética utilizada es semejante', expresó Gerardo Bartolomé, presidente de Grupo Don Mario, en un artículo publicado ayer por el diario La Nación.
La empresa se encuentra realizando ensayos en 25 localidades chinas y ya cuenta con una decena de variedades de soja ya registradas o próximas a eso. Actualmente, se encuentra en negociaciones con varias firma chinas para hacer una comercialización conjunta, lo cual es un requisito para poder vender en ese país.
Además, Don Mario sigue presente en los Estados Unidos, donde ya cuenta con variedades que llevan el nombre de la firma y otras que se licencian a otras empresas. Lo que se busca es que en tres o cuatro años las operaciones en ese país representen el 20 o el 25 por ciento del negocio.
En el artículo también se consignó que el año pasado el semillero puso en marcha en Chacabuco una serie de invernáculos en los que se trabajará en genética de soja. Se trata de una inversión cercana a los 4 millones de dólares con la que se busca atender todas las demandas globales de genética de la compañía.
El futuro de la soja
También se señaló que en Grupo Don Mario se están analizando distintas variables que pueden darse en el futuro y que podrían transformar el negocio de la soja. Una de ellas es el avance que puedan tener las denominadas carnes sintéticas o de laboratorio. También están las llamadas carnes vegetales, que se producen con proteínas de distintas legumbres. En ese caso, podría caer la demanda de soja utilizada como alimentación animal.