Hoy se conmemora el Día del Comercio Argentino y como parte de lo que pasa con el sector a nivel nacional, los establecimientos comerciales de Chacabuco atraviesan un momento por demás de difícil, en el que a la situación económica general, que viene en caída desde hace años, se le deben sumar los efectos de la pandemia y la amenaza que significa para el sector más tradicional el avance de las compras que se realizan por Internet. Las consecuencias de esto se ven no sólo en los cierres o achiques de establecimientos que hubo en los últimos tiempos, sino también en que muchos negocios debieron dejar los locales que ocupaban en la zona céntrica para trasladarse a otros sectores de la ciudad, en los que el precio de los alquileres son más accesibles.
El gerente de la Cámara de Comercio e Industria, Andrés Capuzzi, ha insistido desde hace tiempo en que el sector comercial en general viene en caída desde hace no menos de ocho años, más allá de algún período corto de rebote que pudo haber existido, o de la situación particular de algún rubro.
En paralelo a esta situación vino creciendo el comercio digital, lo cual se vio acelerado por las restricciones que trajo consigo la pandemia, las cuales hicieron que muchos comercios 'debieron reconvertirse más rápidamente'.
'El consumidor ya no compra tanto por lo que ve en las vidrieras sino por lo que ve en una pantalla', graficó Capuzzi, y agregó que esta tendencia se da, sobre todo, en 'las nuevas generaciones'.
'Hoy cualquier consumidor puede comprar en Chacabuco, como en una ciudad vecina como en otro país', dijo el gerente de la Cámara, para quien hoy resulta 'indispensable' que los comercios transiten hacia ese cambio.
Una aceleración de la transición
'En la pandemia hubo una aceleración de esa transición y demostró que los comercios que ya tenían canales digitales aceitados pudieron sobrellevar los cierres o las restricciones mucho mejor que aquellos que tuvieron que comenzar en ese momento', explicó.
Capuzzi señaló que hoy 'las estructuras de negocios físicos' generan costos muy altos y en economías como la Argentina, de tan alta inflación, los que tienen más posibilidades de sobrevivir son quienes tienen menos costos fijos y, a la vez, cuentan 'con un ágil comercio digital'.
'Por supuesto que, más allá de toda reconversión, son extremadamente necesarias políticas de gobierno que sean muy claras en cuanto al desarrollo comercial local y regional y que incluyan apoyo financiero bancario a través de créditos a tasas razonables. Está bien que con una tasa de inflación del 50 por ciento anual estamos lejos de una tasa razonable, pero el Gobierno debería lograr esas herramientas', expresó Capuzzi. Agregó a eso que se debe considerar que quien invierte en un comercio o una industria está aportando al desarrollo económico y social regional, por lo que 'debe ser acompañado por las políticas de gobierno, como se hace en muchos países'.
Locales vacíos
El achique del sector comercial se manifiesta con claridad en la avenida Alsina y otras cuadras de la zona céntrica de nuestra ciudad, donde abundan los locales vacíos.
Desde el sector inmobiliario, Efraín Cirigliano, que preside el Centro de Martilleros, y Matías Máspoli, señalaron que en la primera cuadra de Alsina se da una situación especial, ya que hay algunos locales que están cerrados por decisión de sus dueños, no porque no puedan alquilarse. Eso no pasa en otras cuadras, como la segunda de Alsina, donde, afirmó Cirigliano, debe haber no menos de tres locales desocupados.
'Obviamente que la pandemia y la economía están jugando en contra', dijo Máspoli, y señaló que los valores de los alquileres deben ser reducidos para conservar a los inquilinos, pero es algo que no todos los propietarios aceptan.
Ambos martilleros coincidieron en que el precio de un alquiler comercial en las primeras cuadras de Alsina se ubica, como mínimo, entre los 25 y 30 mil pesos mensuales.
Esos precios hicieron que en los últimos tiempos muchos inquilinos hayan decidido abandonar la principal arteria comercial de la ciudad para trasladarse a otros lugares, como fuera de las cuatro avenidas, donde, según Cirigliano, puede conseguirse un local grande por 19.000 pesos.
Capuzzi aportó a este tema que cuando se trata de locales que están cerrados por voluntad de sus dueños, y encima están deteriorados, debe existir una intimación por parte del Estado para que sean puestos en condiciones. Inclusive, consideró, se les debería cobrar alguna tasa más alta.
Distinto es el caso de los locales que están cerrados porque sus dueños no pueden alquilarlos, debido a que la actividad comercial hoy es alto riesgo.
'Hoy para poner un pequeño comercio, con un solo empleado, siendo responsable inscripto y marcando con un margen razonable, se necesita tener ventas mensuales por 400, 500 o 600 mil pesos para cubrir costos fijos y variables. O sea que si hoy hay muchos locales vacíos es porque el inversor sabe que ese punto de equilibrio no va a poder ser cubierto con una demanda que viene en retroceso desde hace muchos años', completó.
Por su parte, el presidente del Centro de Martilleros expresó que hoy con los locales comerciales se da lo contrario a lo que sucede con las viviendas, ya que mientras los primeros tienen precios de alquiler estables o en algunos casos a la baja, porque hay mucha oferta, todo lo que sea residencial ha subido en forma considerable, ya que son pocas las casas o departamentos que se ofrecen. En esta cuestión tiene mucho ver los errores que se cometieron con la última reforma que se hizo a la ley de Alquileres.