En los últimos meses las quejas sobre el funcionamiento del Hospital 'San Andrés' crecieron considerablemente. La disconformidad de los vecinos se hace notar en redes sociales y es frecuente que sus testimonios lleguen hasta las emisoras de radios locales. De ser indiscutido, a estar en la mayoría de las discusiones. El Nosocomio atraviesa un momento delicado.
Las quejas públicas fueron variadas en el último tiempo. Facundo, un vecino que estuvo en el sector de aislamiento covid-19, escribió sobre el agobiante calor, la falta de timbres, almohadas y hasta sobre un baño rebalsado sin agua caliente; Laura mencionó desinteligencias para entregar una historia clínica y hay casos de turnos específicos que pasan los dos o tres meses de demora cuando la salud a veces no puede esperar.
En el sector de pediatría también existen problemas. Valeria Noemí contó la travesía que tuvo que vivir con su hijo al que diagnosticaron con 'un empacho' y terminó teniendo piedras en la vesícula. Luego tuvo que esperar meses por un turno y un traslado. Otro caso fue el de Stefanía, que tras esperar en la guardia, el médico la atendió 'por teléfono'. Su hijo tenía apendicitis que fue detectada en un consultorio privado tras soportar intensos dolores.
Está claro que hay buenas experiencias en el Nosocomio, varios son los que suelen agradecer el buen trato y contar la resolución de sus situaciones particulares. Pero no se trata de establecer una 'métrica' entre buenas y pálidas, ni comparar experiencias. El Hospital 'San Andrés' necesita recuperar su nivel y para ello se debe aceptar que el sistema sanitario requiere de decisiones serias y políticas con planificación a largo plazo.
La pandemia dejó heridas al descubierto
Hace 22 meses que todas las miradas de la comunidad apuntan al Hospital, la emergencia sanitaria puso a prueba a un ícono de los gilenses. Los cambios fueron muchos, desde el traslado del sector pediátrico a otro edificio y su posterior regreso, la creación del sector covid-19 y la guardia específica, el vacunatorio, el vacunatorio VIP y hasta la, por momentos, criticada terapia intensiva.
En ese lapso pasaron tres secretarios de Salud y la misma cantidad de directores de Hospital. Las gestiones se parecieron, pero no tuvieron los mismos resultados; el Dr. Schiaffino tuvo que descubrir la pandemia con todo lo que eso significó, al Dr. Romero le tocó la vacunación y en su gestión surgió el escándalo de las vacunas irrugulares, hoy el Dr. Rossi se encuentra con un nuevo intendente, una cepa mucho más contagiosa pero una población inmunizada que redujo las internaciones. Eso sí, lo que dejó al descubierto la pandemia se nota mucho más.
El Hospital, que siempre tuvo una inversión criteriosa en aparatología, terminó haciendo 'colectas' para comprar insumos, fue noticia la falta de médicos de guardia y el deterioro de su estructura. En este tiempo se incrementó la cantidad de vecinos que necesitaron del Nosocomio, sin importar su condición social o la clase de prepaga, el covid-19 provocó que todos pasen por el único efector de salud de la ciudad. Este último factor no es menor, lo desconocido para muchos terminó siendo una experiencia obligada.
El protocolo vs el criterio
Esta mañana se conoció la triste noticia del fallecimiento de la vecina Laura Pedrani (47). La mujer ingresó al Hospital para ser intervenida quirúrgicamente en su vesícula. A las dos horas de su operación, falleció en terapia.
Según pudo conocer Infociudad, la vecina se descompensó tras su cirugía. El equipo médico le realizó diversos estudios que incluyeron un hisopado, este último dio positivo de covid-19.
Ante esta situación, la familia de Laura viralizó el caso destacando que el estudio para determinar el contagio debía hacerse antes para considerar si ella estaba en condiciones de soportar una operación de esas características.
Desde el municipio, contaron a Infociudad que el protocolo no indica la obligatoriedad de realizar un hisopado si la paciente no presenta síntomas. Sin embargo, en diversos sanatorios el hisopado es parte del pre-quirúrgico.
Seguramente el caso deberá ser investigado en profundidad para evaluar si el covid-19 de la paciente pudo haber determinado el fatal desenlace tras la operación o no.
Anuncios de tormenta
Esta semana el intendente interino Miguel Gesualdi habló del Hospital, indirectamente lo hizo a través de sus redes sociales con un anuncio particular. Sin dar demasiados detalles contó que se realizará un hidrolavado del frente, se colocará una caldera, un techo de PVC, entre otras cuestiones que, sin dudas, son positivas.
Su reacción no es casualidad. En el medio de la tormenta de críticas anunciar remodelaciones es parte de una respuesta que se intenta dar, aunque está claro que viendo los problemas que manifiestan los vecinos, el enfoque es por lo menos incompleto. Una 'mano de pintura' difícilmente tape o sea parte de una solución más profunda que hoy requiere el centro de salud.
Recuperar la confianza en el sistema sanitario local indudablemente tiene que ser una de las metas de esta gestión y de la que venga. Es evidente que la situación requiere de escucha, de atención a los profesionales y de cambios profundos que lleven tranquilidad a una comunidad que hoy se debate entre los buenos recuerdos y la desconfianza.
Fuente Infociudad San Andrés de Giles.