Sergio Ramón Oliveira, el único detenido por el crimen de su prima de ocho años en la ciudad bonaerense de Lobos, quiso generar un incendio mayor en su casa para borrar toda evidencia del crimen con una garrafa que no llegó a explotar, pero había sido colocada cerca de las brasas donde calcinó el cadáver de la víctima.
En tanto, Oliveira (22) se negó a declarar en las últimas horas y permanecerá detenido acusado de los delitos de 'tentativa de abuso sexual seguido de muerte y homicidio doblemente calificado por alevosía y por criminis causa', en perjuicio de su prima Guadalupe Ezeiza (8), delitos que prevén la pena de prisión perpetua.
La fiscal de la causa, Patricia Hortel, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Saladillo, está convencida de que hubo un ataque sexual del que la nena intentó defenderse y que ese fue el móvil por el que el imputado la mató y quiso eliminar todas las pruebas, prendiendo fuego a la menor.
Hortel ya solicitó la conversión de la aprehensión de Oliveira en detención formal ante la jueza de Garantías 7 del departamento judicial La Plata, Patricia Altamirando, quien tiene competencia en Lobos, Saladillo y Roque Pérez.
La hipótesis de la fiscal Hortel es que Oliveira cometió un ataque sexual que no se sabe si llegó a concretarse o no porque toda evidencia se perdió cuando el asesino calcinó a la niña.
'Hubo al menos un intento de abuso y esta nena se opuso e intentó defenderse. La víctima tiene múltiples golpes de puño en vida y el imputado tiene rasguños. La mató prendiéndola fuego y la sentó arriba de las brasas para borrar toda huella del delito que había cometido', dijo uno de los investigadores judiciales de la causa.
La misma fuente señaló que, junto al cadáver y las brasas, fue hallada una garrafa que había sido arrimada para que explote y generar así un mayor incendio del que se encontró en la escena.