Las últimas declaraciones de Kim Kardashian generaron una revolución en el mundo del espectáculo. Después de haber sido criticada por la opinión pública y los expertos de la moda por haber llevado un vestido de Marilyn Monroe a la alfombra roja de la Gala del Met y haber adelgazado varios kilos, la empresaria volvió a sorprender al público con un nuevo dicho polémico: confesó a la audiencia que sería capaz de comer caca con tal de mantenerse joven.
Además, mostró su rutina de cuidado para la piel y lanzó un nuevo producto de su línea de belleza.