Nunca sentí la necesidad de contar algo de mi vida, algo íntimo y publicarlo en redes, siempre creí que era algo que uno se tiene que guardar para si mismo y no hacer público toda su vida por un par de likes y comentarios. Pero hoy siento una especie de obligación contar como vivía y como vivo esta situación, obligación de sumar memorias a las personas que no la conocían tanto para que nunca se olviden de ella. Era imposible hacerlo antes y es muy difícil hacerlo ahora, entre recuerdos y lágrimas mientras escribo esto revivir las mañanas de malhumor, las tardes de mates en cualquier lugar, las noches de cena (aunque solo comieras papas con cheddar), los momentos con mi familia y la suya, los domingo de cancha, las risas, los caprichos, momentos de mucha felicidad y también de tristeza, lo que todo esto tiene en común era tu carita (redondita como tapa de alfajor, siempre nos reíamos de eso) con una sonrisa de oreja a oreja, dando lo mejor de vos para los demás, con tu carácter muchas veces indescifrable pero que era como una moneda, pura dulzura de un lado y brava del otro.
Nuestra relación llegó a su fin por varias situaciones que no vienen al caso, quiero quedarme con los buenos momentos y recuerdos que pasamos juntos, que no fue largo pero si muy intenso, los detalles me los voy a guardar para toda la vida, siento que de alguna forma tengo que pedir perdón por no hacer mas cuando me dijiste que la estabas pasando mal, pero no querías que se entere tu familia, no querías que se enteren porque lo iban a matar, hasta donde llegó tu amor ciego por esa persona que terminó con tu vida, pero asi eras, una chica sin miedo a odiar y a querer con todo su corazón, no había grises en tu forma de ser.
Al principio, como todos, no lo podía creer, sentí un vacío en la boca del estomago y se me hizo un nudo en la garganta, una parte de mi pensaba que era una mentira, que te habían confundido, como ibas a ser vos si últimamente te veía cruzar en tu moto para todos lados, como ibas a ser vos si recorres las mismas calles y visitas los mismos lugares que yo en esta pequeña ciudad donde nos conocemos todos, como ibas a ser vos si siempre estabas rodeada de gente que te quería mucho. Me alcanzó con verte en ese cajón para darme cuenta que ya no ibas a estar mas entre nosotros y así convencer a mi lado que aún creía que estabas bien que ya no iba a poder verte cruzar en moto por la avenida para bajarte en el bar de tu papa, ese bar que tantas veces comimos.
Asimilar todo esto cuesta mucho y ojalá el tiempo corra a mi favor. Tengo que agradecer a todas las personas que me saludaron y me dieron fuerzas, gente que conozco hace mucho, gente que conozco hace poco, gente que no conocía, a mis amigos y amigas de siempre les debo mucho, gracias por acompañarme y darme fuerzas en este momento tan triste, a mi familia por no dejarme caer y también agradecer una persona muy especial que fue la que evitó que yo quebrara en varias ocasiones, sin ella las noches hubiesen sido muy largas, sin su contención no se que hubiese pasado, ella es delfi, mi novia, la nombro porque no se cuantas personas se bancarían que su actual pareja le llore a su ex, es una mujer con todas las letras y no es un detalle para nada menor que me acompañe en estos momentos.
Como siempre se dice, la vida sigue, pero depende de nosotros no olvidar lo que pasó este 8 de febrero de 2021, no olvidar que esto se pudo haber evitado, no olvidar a Úrsula, que se fue físicamente pero nunca se va a ir de la memoria y de nuestros corazones jamás.
Oliver Barret