En las cercanía del Palacio todos saben que Marchesse se sentía cómoda con su nuevo rol de concejal, y de ese modo tomaba distancia a las batallas que no podía librar en igualdad de condiciones dentro del equipo de gobierno.
Pero si su renuncia se confirma, al menos dos cuestiones políticas quedan expuestas: Una es el acierto -o no- de la elección de Aiola en su sucesora natural para un eventual reemplazo en el cargo; la segunda cuestión es que la banca que Marchesse volvería a ocupar deberá dejarla Ariel Di Piero, quien fue su reemplazante como parte de acuerdo electorales previos.
Fuente Diario Cuatro Palabras