Los productores de cerdos se encuentran pasando uno de sus peores momentos debido a una multiplicidad de factores, entre los que sobresale la caída en el consumo que se profundizó a partir de la pandemia y los movimientos del dólar. A ello se suma una cuestión estacional.
'La situación de este momento es desastrosa', comentó ayer el productor Alfredo Pomilio, que tiene su criadero camino a Membrillar y trabajó toda la vida en esta actividad.
Pomilio señaló que hoy hay productores que están trabajando a pérdida, con la esperanza de que en un tiempo no muy lejano haya un repunte. En otros casos, apenas se salvan los gastos. En lo que respecta a nuestra zona, producir un kilo de cerdo cuesta entre 60 y 70 pesos. Esos valores fluctúan de acuerdo a la eficiencia de cada establecimiento y a la escala con la que trabaje.
'Igualmente, no siempre alcanza con ser eficiente', aclaró el productor.
En tanto, los valores que se manejan a nivel nacional rondan los 60 pesos por kilo. Según Pomilio, en Chacabuco se defienden más los precios, por lo que a veces puede lograrse algo más.
Cayó la venta de fiambres
Lo que sostienen los analistas del sector porcino, es desde el comienzo de las medidas de aislamiento por la pandemia hubo una sensible reducción en el consumo. Parte de ello se debe a que los valores de la carne vacuna no se movieron mucho, pero también influyó que hubo una caída en la compra de fiambres por parte de parrillas, hoteles, restaurantes y otros servicios gastronómicos que no están funcionando, o bien lo hacen a medias. Ese sector habitualmente se lleva casi el 15 por ciento de la producción cárnica porcina, pero a causa de la cuarentena cayó a niveles mínimos.
La pandemia también hizo que se compliquen, al menos temporalmente, las exportaciones. Pomilio también sumó como elemento adicional que en esta época del año es tradicional que haya una reducción en los precios de los cerdos. Además, y hablando de esta zona, afirmó que en estos meses se habría dado un masivo ingreso de animales provenientes de provincias que habitualmente no tienen tanta presencia nacional.
'En todo esto también aparecen los oportunistas que trabajan con criaderos que no están inscriptos', agregó el productor, aludiendo a un problema histórico que tiene la actividad porcícola, en la que hay un gran sector informal.
'Eso hace que muchas veces a los que tenemos todo en orden se nos complique poder competir', afirmó Pomilio. De todas formas, en el caso de su establecimiento, desde hace tiempo venden buena parte de la producción a dos carnicerías locales. Igualmente, las expectativas no son buenas.
'Toda la vida he trabajado en esto, pero la verdad es que ahora no le veo mucho horizonte', se lamentó el criador.