La asociación Abuelas de Plaza de Mayo presentó este jueves al nieto 130, Javier Matías Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, desaparecidos en diciembre de 1977.
Javier Matías se acercó a la filial de Abuelas de Córdoba con dudas sobre su origen, impulsado por su pareja y amigos. Él sabía que era adoptado y en su acta de nacimiento figuraba que había sido encontrado por una mujer a 3 cuadras de la ESMA, cerca del lugar donde Elena Mijalchuk fue vista por última vez.
'Agradezco en primer lugar a mi tío Roberto que durante 40 años nunca bajó los brazos ni perdió la esperanza de encontrarnos con vida', dijo Javier Matías al inicio de la conferencia y agregó: 'gracias tío', mirando a Roberto que estaba a su lado.
'Me resistía a acercarme a Abuelas porque estaba bien con quién era, o eso creía, pero a fines de 2006 entendí que si buscar mi identidad no era tan importante para mí no podía ser tan egoísta porque del otro lado podía haber personas buscándome', explicó y aseguró que tomó una buena decisión y que su compañera y amigos tenían razón.
'Mi tío me buscaba hace 40 años. Sé que muchos pasan por una situación similar, entonces los invito a tomar coraje y acercarse a Abuelas'.
Sobre la enseñanza de Abuelas resaltó que 'el derecho a la identidad no se negocia, no se abandona y no se olvida'.
Y resaltó 'su incansable lucha, coraje y su inquebrantable militancia hacen posible que podamos sanar un poco todo el daño que hemos sufrido por parte del estado y las fuerzas armadas, que aun hoy siguen siendo cómplices con su silencio y su falta de arrepentimiento'.
'La restitución de mi identidad es para mi un homenaje a mis padres, una caricia en el alma, un símbolo de memoria verdad y justicia', dijo y agregó que ese símbolo lo ve reflejado en su tío que 'tras cuarenta años de búsqueda pudo decir 'sos vos Javi' y abrazarme como nunca nadie me abrazó ni podrá abrazarme nunca, las Abuelas son abrazos'.