Hoy vi que los restaurantes están abiertos y eso me parece bien porque la gente necesita trabajar para vivir dignamente.

Las iglesias pudieron dar sus misas y me parece bien porque muchos necesitan la paz que produce una oración a su Dios.

Los muchachos acompañaron a Elio porque ganó su carrera y me parece bien porque nos merecemos un festejo en medio de tanta tristeza

Pero, siempre hay un pero. Pero tenemos cerradas las escuelas y los clubes.

Hasta ahora nadie me pudo convencer de lo conveniente de estas medidas.

Son los dos ámbitos de formación de niños y adolescentes, lo que salga de ahí marcará el futuro de este bendito país.

Todos sabemos que las clases a distancia son en el mejor de los casos, un pobrisimo aporte educativo por muchas razones que no vienen al caso ahora.

Si los chicos no van a la escuela estamos hipotecando sus futuros, seremos los responsables por lo que hicimos y dejamos de hacer.

Y también sabemos que los clubes cerrados van camino a endeudarse sin remedio ya que el pago de sus gastos corrientes se solventan con las cuotas de sus socios. Sin actividad los clubes se quedan sin socios. Sin socios no hay ingresos. Sin ingresos los profesores no cobran. Si no cobran sus salarios los clubes se endeudan. Si los clubes se endeudan nadie acude en su apoyo.

Creo que habría que rever estas medidas, profundizar en los cuidados que docentes y profesores deban aplicar como así también concientizar a padres y alumnos sobre lo importante que será respetar las indicaciones sanitarias.

Pero hay que volver a abrir escuelas y clubes. No pueden seguir más tiempo cerrados.

Horacio Panunzio a través de sus redes sociales.