Y te fuiste.
Y me quedé acá sin poder hacer ya más nada.
Miro mis manos, manos grandes, con las que siempre hago, pero esta vez ya no pude hacer más nada.
Me dejaste mucho, me enseñaste tanto tanto.
Me enseñaste a que valemos por lo que somos y no por lo que tenemos, me enseñaste a que no importa si la ropa es vieja, sino que esté siempre limpia, me enseñaste a ser buena persona, a trabajar sin descanso, a ser honorable, a ser responsable, a ser considerada, a ser de palabra, a decir la verdad siempre, a ser comprometida, a que para un hermano no hay nada mejor que otro hermano, a que tenemos que ser artistas en lo que hagamos y por sobre todo a cumplir con lo que nos toca, aunque en eso dejemos lo vida.
No quería despedirte, pero tuve que hacerlo.
Sé que ahora estás en paz y sé que allí te han recibido con todo su amor, los nuestros.
Se que allí estarán juntos, hasta que volvamos a encontrarnos...??
Firma: Graciela Taborda.
Hija de Raquel Olivera.