Gerardo Antenor Montenegro ocupa una banca en el Senado de la Nación desde 2013. En las últimas elecciones fue reelecto por otros seis años impulsado por el oficialismo de Santiago del Estero. En su provincia, Montenegro es más conocido por su rol de dirigente gremial: desde 1998 maneja la delegación local de UPCN, uno de los gremios estatales con mayor cantidad de afiliados. Además tiene una pata en el deporte: preside el club de básquet Quimsa, que acaba de llegar a la final de la Liga Nacional, y está a cargo de la Asociación de Clubes de Básquet (ADC).
Con esos antecedentes, Montenegro logró ocultar una historia de corrupción que lo tiene como protagonista. Concretamente, se lo acusa de estar detrás de una red de cooperativas que cobró al menos $72 millones en subsidios del gobierno de Santiago del Estero. Pero hay otro dato más llamativo: el 95% del dinero fue retirado en efectivo de los bancos para esquivar todos los controles.
Una de esas cooperativas, denominada 'Solidaridad', está íntimamente vinculada a la mujer de Montenegro, María Teresa Sciolla, y a uno de sus hijos, Javier Sciolla. Hay más: varios de los integrantes de la cooperativa, que participaron de la maniobra para retirar dinero, fueron nombrados como empleados de Montenegro en el Senado. Otros, trabajaron para la provincia de Santiago del Estero y hasta en UPCN, donde el senador es amor y señor.
Los datos forman parte de un informe confidencial aprobado por la UIF a comienzos del año pasado y girado a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), que finalmente terminó presentado una denuncia por lavado de dinero ante la Justicia federal de Santiago del Estero.