El pasado 14 de agosto se registró una misteriosa mortandad de animales en un campo del Cuartel V, a 7 kilómetros de la localidad de Adolfo González Chaves. Desde perros hasta caballos pura sangre aparecieron sin vida sobre los terrenos de una productora rural.
En las últimas horas se conocieron los resultados de los análisis efectuados sobre la muestra estomacal de uno de los animales muertos y en suero extraído a dos yeguas que presentaban síntomas de intoxicación severa.
Según trascendió en LU24, se trata de clorpirifós, que es empleado como herbicida y está prohibido en varios países.
El insecticida provocó el deceso de un perro boyero de un año que se intoxicó comiendo las vísceras de dos yeguas muertas. En un principio, esas muertes se atribuyeron a la edad pero más tarde la propietaria del campo halló sin vida a 11 yeguas más, dos potrillos, una potranca de un año, seis vacas, una vaquillona preñada, una ternera y otra perra boyero.
Los análisis los hicimos en IACA, de Bahía Blanca, y luego hicimos una denuncia, por lo que participó la Policía Ambiental y una fiscal e ingeniera agrónoma. Pero lo importante es que se tome conciencia de que esto no se puede usar así nomás, además de que a nosotros nos hizo un daño terrible, sobre todo a mi hija que cría caballos con un esfuerzo terrible', explicó al medio tresarroyense la productora Ana María García.
De acuerdo a la hipótesis de la mujer, un vecino sería el culpable de aplicar el herbicida que produjo el fallecimiento de los animales.
'Hablé con él pero lo negó. Pero hay que tener mucho cuidado porque estos productos son muy peligrosos, contaminan el agua, no pueden venderse dentro de los pueblos, y se fumigan a pocos kilómetros de las casas', sostuvo.
La productora indicó que los síntomas que exhibían sus animales «son rarísimos, es como si esto los secara por dentro». Y como otro dato extraño, agregó que «no se agusanan, quedan por días y días como si recién hubieran muerto».
García mencionó que se les secan los músculos, se atrofian y algunos quedan esqueléticos.
Lo cierto es que el efecto que produce hasta su deceso es el de salivación, incoordinación del tren posterior, arqueo de patas, sudoración, alta temperatura, hígado destrozado e inapetencia.
Este hecho llevó a la productora a entablar consultas con investigadoras del CONICET, que ya han realizado investigaciones sobre contaminación con clorpirifós en esta zona. Fotos: LU24.
Fuente Diario de Rivera